Un futuro que va floreciendo

Por: Alba Valeria Pérez Méndez

Por: Alba Valeria Pérez Méndez

Qué alegría tenerte aquí de vuelta. Inicio el texto desde la gratitud por el recorrido temporal y reflexivo que hemos realizado a lo largo de estas entregas. Tuvimos oportunidad de conocer un poco más a detalle la vida de la pionera de la ciencia ficción y la figura del monstruo, de cuestionarnos respecto a las correspondencias entre Mary W. Shelley y nosotrxs y finalmente, estamos en este último texto para evaluar el terreno sobre el cual estamos paradxs.

 

Considero que es una tierra diversa de la cual siguen brotando situaciones injustas, violentas, complejas y sin sentido. Ejemplo de ello, son los textos de Ita y Julia también colaboradoras de este Laboratorio y quienes retratan problemáticas invisibilizadas como la doble discriminación hacia personas afrodescendientes o los desafíos y juicios respecto a la maternidad. Podemos percibir casi de inmediato el cómo la tierra aún no termina de prepararse para dar sus mejores cosechas. Aún se necesitan una cantidad importantísima de acciones para construir una sociedad más equitativa y segura para todxs. Sí, es cierto, atravesamos por días de mucho caos y dolor y creo es por ello por lo que precisamente  resulta indispensable crear espacio para saborear la ternura y la esperanza de lo que hoy en día tenemos.

 

Ojalá estuviera Mary W. Shelley para que viera el cómo las mujeres hemos logrado ocupar nuestro lugar en el mundo, a tener más posibilidades de gozar de una independencia económica y a confiar en nuestra voz y capacidad,. Seguramente Mary se emocionaría al ver cómo ahora más mujeres deciden sobre sus propios cuerpos y el cómo hemos aprendido a ser refugio para otras.. Tal vez no podría creer que escritoras como Annie Ernaux y Cristina Rivera Garza fueran galardonadas con un Nobel y un Pulitzer por exponer sus ideas y talento cuando ella navegó a contracorriente para que tan sólo publicarán su obra. Y muy probablemente estaría orgullosa de ver cómo las ideas de su madre al final lograron traducirse en una realidad. Ya que actualmente resulta incuestionable que las mujeres seamos seres inferiores, al contrario, somos seres racionales con la clara capacidad de cuestionar, debatir, crear, aprender y dirigir. A lo mejor ambas se sentirían más ligeras en este su futuro y en este nuestro presente.

 

Para la conmemoración del día internacional de la mujer, mi mejor amiga y yo organizamos un colectivo para ir a marchar.  Mientras compartimos la invitación una persona nos preguntó el por qué marchábamos, a decir verdad, por un momento sentí cierta desmotivación pues pensé que no tenía sentido hacerlo si “todo seguía igual”, olvidé el para y el por qué lo hacía. Sin embargo, después de la marcha y después de tres meses desde esa pregunta hoy tengo mucho mayor nitidez de mis motivos. Entiendo que el pasado es irreversible y que aún toma de la mano a nuestro presente, sin embargo, esto no significa que no exista oportunidad para seguir labrando una tierra disfrutable para todxs. Echando semillas de curiosidad, empuje, apoyo y calma. Tal vez sea una forma de honrar las luchas de Mary y de su madre y todas aquellas que nos antecedieron. ¿Es una labor lenta? Claro. Pero creo que nunca se ha de perder esa esperanza de ver un futuro que va floreciendo.

 

Se me ocurre que esta vez ganan los buenos

Y que el tiempo nos arropa con cariño de los siglos que hacen ecos

 

Silvana Estrada, Se me ocurre

 

 

Te abrazo y te agradezco por recibir mis letras.